Todo lo que era un asunto humano me resultaba natural. Yo la miraba nervioso. Mi asombro no cesaba. No quiero decir con esto que viviera entregado a un culto exagerado del poeta.
Antes no es posible Viajaba buscando sus huellas, mi instinto me llevaba hacia su sombra. Es probable que un experimento de ese tipo me hubiera aburrido.
Sigo llevando siempre conmigo alguno de sus libros, incluso cuando estoy de viaje. Con Goethe no he aprendido nada. De cuando en cuando regresaba a Weimar.
E incluso cuando todo se enrarece, cuando todo se malogra, en la grey de los creyentes persevero. Era muy vieja y su rostro estaba lleno de arrugas. En Frankfurt, la presencia del dinero era visible y vistosa, como las verjas de los palacetes de la Bockenheimer-Landstrasse, cuyas puntas en forma de lanza estaban pintadas en oro. Parece que me tomaban un poco por uno de ellos, por una especie de pariente.
Yo le debo mucho. Todo lo que la vida me ofreciera, todo lo que me pareciera digno de ser descrito. Y el Frankfurter Zeitung lo publicaba todo. Cuando K. Nunca he encontrado personas capaces de hablar con perros y con escritores con tanta humildad como K. Los dos estaban enfermos cuando se conocieron; K.
Yo cerraba aquel desfile, en el que era una especie de paje, con mucha dignidad. Todos los que conocimos a la condesa fuimos amigos suyos para siempre.
No era en absoluto una mujer pedante. Como la forma de su cabeza, su frente y sus labios recordaban a los Habsburgo, en nuestro grupo empezaron pronto a contarse verdaderas leyendas sobre su persona. Por supuesto, la condesa se puso de parte de K.
Caminaba hacia la «aventura». Las personas que he abandonado perviven en mis recuerdos como si estuvieran muertas. Tengo mala memoria y soy ingrato. Los recuerdos de la vida amorosa de un joven se componen de muslos, brazos, gestos, movimientos El ambiente chisporroteaba entre distintos lemas. Un drama malo. Estaba sumido en algo, algo vivo y ruidoso, que me incitaba a trabajar. Estaba empezando una nueva etapa de mi vida, y no empezaba nada mal.
Es un estado triste, puro y altruista. Sin embargo, la primera juventud, ese adormecimiento, ese estado inocente y malhumorado, ya se ha acabado. Ha empezado algo nuevo, ha terminado una etapa importante de tu vida. Te despiertas de un hechizo y te sorprendes. Estaba repleta de extranjeros. La ciudad era un hervidero de tales «fundaciones». Para empezar, no era «amante del orden», mejor dicho, albergaba una profunda nostalgia por el orden que era incapaz de imponer en su vida o en sus ideales.
Hanns Erich anhelaba el orden como un animal anhela la libertad. Pero nunca llegaba al orden, se quedaba en un sistema u otro. Anhelaba la claridad en todo, el orden y la minuciosidad. Era un joven de buena familia. No dejaba de insistir en que fuese a la casa de su padre, en Silesia. No supo aprovecharlo, ni para bien ni para mal.
Cambiaba de casa cada mes. Los manicomios estaban llenos de locos de atar. La sombra de Stinnes flotaba sobre la tierra y sobre las aguas. La clase media aguardaba, en un estado de locura impotente, que se cumpliera su destino y el carnaval demente los arrojara al abismo.
Guirnaldas de luces brillaban sobre los locales nocturnos. Me levantaba por la tarde. Pero los alemanes, asombrados, se limitaban a callar.
Por momentos, yo mismo me vi transformado en un dandi. De vez en cuando, el mozo del hotel le entregaba ramos de flores y regalos caros, como joyas, igual que en una novela. Conmigo fue siempre buena y tierna. Conocer a alguien es una empresa complicada y peligrosa cuyos resultados suelen ser bastante pobres. Era muy humilde y a la vez muy exigente. De su vida privada nunca supe nada. Vamos a verlo. La colonia estaba a oscuras cuando llegamos. Ni siquiera el amor.
Tiene derecho a hacer lo que ha hecho. Kaiser era escritor y anhelaba «vivir». Ella afirmaba que a todo. Me agarraba la mano, casi me suplicaba. Ella intentaba convencerme de que «el sufrimiento purifica y eleva». Nos topamos en el hall del teatro. Los encuentros de ese tipo son siempre muy sencillos. Hubiera sido incapaz de mostrar una falsa «caballerosidad». Todas las relaciones humanas empiezan de esa forma. Yo nunca he «cortejado» a nadie.
Me acuerdo con total nitidez de cada detalle de esa tarde. Por la noche fuimos al teatro de Reinhardt. Era una noche solemne, pero sin el menor resquicio de pathos.
Conocer a alguien con todos sus secretos y con todas sus consecuencias: eso es lo que, con una palabra tibia y demasiado general, llaman amor. En mi casa la costumbre era que, en cuanto llegaba alguien, se sacaran inmediatamente varias botellas de vino.
Las primas de Lola iban a todos los bailes que se organizaban. Nunca fui capaz de comprender el liberalismo de los padres. Era un mundo interesante y contradictorio. Era un mueble muy bonito, hecho de madera maciza, con dos puertas, para guardar veinticuatro pares de zapatos. Al principio mencionaban en sus cartas la posibilidad de que yo entrase a trabajar en un banco vienes.
Nuestra manera de vivir asustaba un poco a nuestros caseros alemanes. Es en cuestiones culinarias donde mejor se manifiestan las diferencias entre los distintos pueblos. Nos quedamos juntos por pura terquedad. En esos meses necesitaba estar siempre rodeado de gente. En el extranjero, sin embargo, me ahogaban las manos de unos gigantes invisibles. En cualquier caso, Lola era muy ahorradora. Y es cuando empieza a beber. Pero lo cierto es que el alcohol tampoco lograba tranquilizarme.
Con esa vida, incluso un joven sano y resistente como yo se convierte pronto en una ruina. La «cura», si existe, se produce cuando algunos elementos fortuitos se ponen enjuego. En esos casos no me retiene nada, ni la disciplina ni el trabajo ni mi entorno. Creo que mucho tiempo. Sin embargo, terminamos —a un precio cruel y elevado— por sobreponernos. Yo creo en la fuerza de la voluntad. Detesto mi neurosis e intento luchar contra ella por todos los medios, que son la fuerza de mi conciencia, la de mi voluntad y la de mi humildad.
La soledad es el elemento vital del escritor. Esa curiosidad es imposible de aprender en los libros. Convivimos con una persona, lo sabemos «todo» de ella y, al mismo tiempo, no sabemos nada. Ni siquiera poemas. Me preguntaba si estaba preparado. La otra Alemania, educada e instruida por Goethe. Por todas partes cantaban los gallos, sin duda, gallos franceses.
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Amazon Inspire Digital Educational Resources. Would you like to tell us about a lower price? Amazon Drive Cloud storage from Amazon. En dat na een bij vlagen sprankelend en grappig boek, wat nergens verzandt in Zweigiaans zwelgen over hoe vroeger alles beter was. Een prachtig kijkje in het Europa van honderd jaar geleden, zowel oost als west. Sep 12, ErnstG marked it as to-read Shelves: frans.
Stefan: 'Bourgeois' of 'burgerlijk' is een bijvoeglijk naamwoord dat bij velen mensen stinkt, maar Marai toont aan dat dit onterecht is: het zijn de symptomen van een maatschappij in bloei. En wat kijkt iemand als ik die bepaald bevooroordeeld is over een tijdvak als het interbellum toch weer op zijn neus als blijkt hoe de mensen toen soms moder Stefan: 'Bourgeois' of 'burgerlijk' is een bijvoeglijk naamwoord dat bij velen mensen stinkt, maar Marai toont aan dat dit onterecht is: het zijn de symptomen van een maatschappij in bloei.
De cover en de beschrijving zeggen dat we met een roman te maken hebben. Elders heb ik gelezen dat het een biografie is van de schrijver. Wel, als dit boek als roman bedoeld is, dan is het niet veel waard. Er is geen plot, geen samenhang; de schrijver springt, in korte hoofdstukken, van het ene onderwerp naar het andere.
De verteller lijkt een beetje op een museumbezoeker die enigszins onverschillig de verschillende kunststromingen en kunstvormen doorkruist. En wat als het een biografie is? Daarnaast had ik erg genoten van de karakterschetsen van de Fransen Parijzenaren , die kennelijk ook jaar terug al om dezelfde dingen bekend stonden als nu Ik zeg niet dat het waar is hoor Had I read the original text, I'd certainly have liked this book a lot more.
Can't say I am impressed with the translation work Vietnamese , there is a sense that much of the beauty of the author's prose has been eclipsed.
All that said, I adore Marai's pensive confessions as well as his impassive depictions of Europe in the early 20th century the same way I would have felt visiting a well curated exhibition. Perhaps an exhibition set in some anthropology museum? The experience was eye-opening, Had I read the original text, I'd certainly have liked this book a lot more.
The experience was eye-opening, but did not warrant a second visit. Ho letto molto della produzione di Marai, ma questo libro mi ha spiazzata. Finalmente sono riuscita a finirlo. Se dovessi giudicare i libri dal tempo che impiego a leggerli, purtroppo, questo sarebbe il peggiore.
Risulta lento, cavilloso, farraginoso. Een boek om van te genieten. Het voelde alsof ik zelf door de hongaarse, duitse of franse steden van voor WOII liep. Genoten van de beschrijvingen van mensen en volken. Geordende Duitsers met hun chaos in hun hoofd in tegenstelling tot de fransen die dan weer het stof onder het kleed vegen, maar in hun hoofd alles in orde hebben.
En dan de eeuwige verveling van de Engelsen. Heerlijk dat je naar Engeland gaat om 1,5 uur naar het plafond te staren. Fijn boek. En dat is precies wat mij begon tegen te staan bij het lezen van dit boek. Oppervlakkig en afstandelijk, uit de hoogte. Het boek wordt nergens intiem.
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